GLOSARIO:
Inaudibilidad radial: es el ruido
excesivo, que provoca distorsiones en la comunicación radial, cuando se impone
una sola voz.
Diálogos radiofónicos: Género radiales
en que se finge una conversación o discusión entre dos o más personajes en que
se exponen ideas opuestas
Polifonía: Conjunto de sonidos
ejecutados simultáneamente, cada uno con su propia línea melódica, pero se
combinan formando un todo armónico.
ESCENA CULTURAL CONTEMPORÁNEA Y DISCURSO
RADIOFÓNICO
La radio se ha convertido en la herramienta
ideal para las comunicaciones, pues es el motor generador en la problemática de
la segmentación de las audiencias que acabará por consolidar la dinámica y la
redefinición de la mezcla de medios.
Es imposible concebir cualquier propósito en la comunicación donde no se tenga en cuenta el medio radial, pero será importante la creatividad que los realizadores radiales le impriman cada día a los productos comunicativos que cada emisora emita.
Es imposible concebir cualquier propósito en la comunicación donde no se tenga en cuenta el medio radial, pero será importante la creatividad que los realizadores radiales le impriman cada día a los productos comunicativos que cada emisora emita.
Fue por este factor creativo e innovador de
la radio que la atención de los sentidos se trasladó del oído, la memoria y el
sonido hacia la palabra escrita, al lenguaje como instrumento de la razón. La
cultura popular fue domesticada por la cultura letrada mediante la imposición
del dominio del vocablo y la escritura propia de la clase culta, los letrados. Sin
embargo, las fiestas populares y sus manifestaciones en espacios públicos
abiertos, en plazas, mercados, barrios, no han dejado de existir gracias a la tradición
oral. Hoy día todos reconocen el valor de la Radio en un mundo cada vez más
individualizado y esta característica es una de sus principales ventajas. Es
por ello que necesitamos un pensamiento abarcador, universal. Necesitamos
nuevas herramientas que nos ayuden a pensar, decidir y actuar
Existen muchas formas de intercomunicarse con
nuestros semejantes, pero no deben confundirse los argumentos de la
conversación, de la discusión, de la polémica con los razonamientos del
diálogo, porque mientras aquellos tienen la finalidad de obligar con razones a
creer o hacer una cosa, el diálogo conlleva el sentido y el deseo de proponer
una idea o un criterio, a pesar de tener diferentes pareceres que distinguen
las opiniones de una persona respecto de otras, de modo que con cortesía y
consideración case y venga justo con la razón del otro.
Es así como el diálogo radiofónico puede ser
una materialización de la idea inicial, perfectamente válido. Esta
materialización, que por no convencional, no sugiere que será menos efectivo en
la llegada a los receptores (con intensidad).
En cuanto a los diálogos en las audiencias,
las radios comunitarias actuales superaron las nociones que se concebían antes
de pertenencia a una clase social determinada, radios
campesinas u radios obreras. Heterogéneas, financiadas en la mayoría de los
casos por organismos internacionales, hoy por hoy se encuentran radios destinadas
a las mujeres, a diferentes etnias, radios pertenecientes a grupos religiosos
no católicos, a los movimientos ecologistas de desarrollo sostenible a ciertas
categorías de cultivadores a asociaciones de desocupados y hasta a radios
animadas por los pacientes actuales o antiguos de un hospital psiquiátrico. “En
el futuro, los signos precursores dejan pensar en la existencia de una
audiencia más heterogéneas aunque mejor definidas, superpuestas y mas
móviles que sintoniza redes que
trascienden las fronteras territoriales”, sostiene Isabel Guglielmone. En el
marco de esta nueva manera de comunicar, la práctica precede una vez más, la
teoría. La enunciación de un nuevo paradigma de comunicación integrando lo que
ahora está en juego, no ha cristalizado aun.
Pues bien, la radio que acorta la brecha
entre la gente, porque lo unifica en espacios abiertos, está inmersa
eminentemente en un proceso comunicativo donde lo importante no es el que emite
sino el que escucha. El primero debe adaptarse al que escucha, tiene que
entender cuál es su lenguaje, sus códigos, expectativas, cultura, motivaciones
y deseos. Comunicar no es algo que le hacemos "a" la gente, sino
"con" la gente. La comunicación eficaz es interacción, debe producir
una propuesta de cambio en su destinatario. Los resultados de la comunicación
deben ser verificables y evaluables. Cada cambio, o mejor, cada espacio deben
tener una explicación, un tiempo y un “techo” modificable, no puede obedecer
sólo al criterio especializado sin que se sustente en datos consecuentes de
investigaciones profundas.
El entorno de las radios ha cambiado a tal grado que se puede hablar de un antes y después de las radios, pues de haber sido comunidades aisladas, ahora sus opciones de comunicación se han diversificado, si bien “no hay un estudio sistemático que evalúe sistemáticamente los impactos”. En cambio, la valoración social “resulta evidente”.
La dinámica de las comunidades cambió en los
últimos 20 o 30 años, señala Laura Jarque, por diversos factores entre los que
sobresale migración. “Hoy tienen otras opciones además de las radios
indigenistas. Hay más competencia y debemos mantener el interés de la
población, además de modernizar equipo y potenciar recursos”. Sin perder la parte
cultural, las raíces, la cultura contemporánea tiene que estar incorporada en
algún momento. Las radios nacieron bajo un esquema muy de comunidad, pero esa
comunidad ya se transformó. Debe rescatarse el nivel de comunicabilidad de la
radio a través de su uso educativo. Si bien no un retorno inmediato, si aquél
que tenga como fin la participación de ambos polos en el mismo proceso
comunicacional, en un mismo sentido social y humano, y no aquél en donde los
medios son sólo transmisores de una serie de datos formados.
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