miércoles, 30 de mayo de 2012

Artículo Científico


GLOSARIO

Calidad de sonido: para que el oyente reciba una calidad superior a la de FM (128 KBPS) el usuario debe tener un buen ancho de banda. En la radio analógica siempre va ser la misma calidad de sonido. La diferencia está en el sistema AM o FM.

Radio Comunitaria: es una estación de transmisión que ha sido creada con intenciones de favorecer a núcleos poblacionales, cuyos intereses son el desarrollo de su comunidad. dichas estaciones no tienen ánimo de lucro, aunque algunas se valen de patrocinios de pequeños comercios para su mantenimiento.


Democratización: es un proceso que tiene lugar cuando se instaura en una determinada sociedad la democracia como sistema de gobierno.

Interactivo: es  todo aquello que proviene o procede por interacción. Asimismo se designa a aquella acción que se ejerce de manera recíproca entre dos o más sujetos, objetos, agentes, fuerzas o funciones.



La radio es el medio de comunicación más personal que existe. Esta naturaleza tan especial  hace que posea un perfil de difusión, particularmente íntima persona a persona, que no tienen los otros medios y que es uno de los principales ingredientes de su connotación mágica como medio de comunicación. "La Radio es una belleza rara que debe ser manejada con cuidado", comentaba Zale Radcliffe, libretista publicitario de Leo Burnett Londres. Los mismos investigadores argumentan que escuchar y comprender el lenguaje hablado es una operación cerebral más básica que las demás y se presenta desde el inicio de la vida misma, mucho antes que la comprensión visual del lenguaje. Además posee también un carácter selectivo que permite aislar la comunicación a grupos independientes de audiencia, sin tener que hacer grandes inversiones o incurrir en inmensos desperdicios de esfuerzo por el efecto de la dispersión. Es asi como la característica móvil de sus audiencias, le da una gran franquicia integral como objetivo de comunicación que no ofrece otro vehículo publicitario.
En el transcurso de la historia la radio ha sido catalogada como un medio de comunicación con falencias de impacto, retención y llegada al emisor de manera precipitada. Aparentemente este medio se enmarcaba en la premisa de ser una  "Televisión sin imágenes", concepto totalmente revaluado en la actualidad ya que ha sido expresado a través de las conclusiones de todas las investigaciones sobre el comportamiento de la mente humana. Literalmente la imagen del mensaje radial se reconstruye en la mente del oyente, “cuando el medio es utilizado con objetividad creativa tanto por parte del radialista, responsable del desarrollo del mensaje, como del planificador de medios, responsable de la colocación estratégica del mismo”. Este mensaje radial puede dejar impresiones en el cerebro del oyente consumidor mucho más impactantes que aquellas que se registran a través del mejor programa de Televisión.
 La radio como medio, es dinamizadora y efectiva, como fin, es carente de esencia y corazón. En un mundo universalmente individual, donde se ha relegado la conciencia colectiva, urge adoptar a la radio como un instrumento empoderador y eminentemente efectivo y afectivo; para lograr así,  que la elaboración del mensaje radiofónico parte desde el oyente y vuelva a él de la forma en que lo necesita. En resumen todo obedece fundamentalmente a un continuo reto de creatividad radial, al enfoque profesional de la persona de medios y al compromiso del medio mismo con el contenido.

CREATIVIDAD: El alma radiofónica

Estudios recientes, como las de Ann Rose, han ido paulatinamente solidificándose para concretar la idea de que es imposible medir la creatividad, porque dicha capacidad varía enormemente y porque existen diversos tipos de inteligencia creativa, como la matemática, la filosófica y la artística, entre otras.

El profesor Robert Stermberg de la Universidad de Yale (EE.UU.) propone una “Nueva teoría de la inteligencia”, forjada a través del triunvirato - inteligencia matemática, filosófica y artística. Siendo el medio radiofónico eminentemente social establece una relación estrecha entre el comunicador, ser social, y el mensaje radial. Asimismo la inteligencia y la creatividad responden a un equilibrio que debe establecerse entre tres tipos de inteligencia: la interna, que actúa sobre conocimientos memorizados; la creativa, o aptitud para crear nuevas teorías y conceptos; y la empírica, o la capacidad de adaptación a nuevas situaciones o cambios de ambiente. El resultado es una convergencia estética que trasciende los aspectos meramente formales.

“En el caso de la radio, su estética y su creatividad descansan en la “disposición para” y la “capacidad de” utilizar plena y expresivamente todos los materiales del discurso y del lenguaje sonoro con vistas a captar y conservar la atención de los oyentes, impresionándoles emotiva y sensorialmente” así lo afirma Miguel Ángel Ortiz Sobrino, radialista en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid
La estética radial contribuye a promover las vanguardias culturales y las calidades de la programación radiofónica. Por todo ello, y como punto de partida, se debe tener en cuenta que “el concepto de creatividad, tal y como la entendemos hoy, no hace alusión al término latino “creare”, exclusivamente, sino que ha incorporado al castellano connotaciones del neologismo inglés “creativity”. En esencia, los dos términos aparecen vinculados a la creación de algo. Pero, en el último caso, abre las puertas a otras dimensiones conceptuales más amplias” asevera Armand Balsebre, experto en comunicación radial, España. Sin embargo, en nuestros días, la creatividad se relaciona con la innovación, la originalidad, el diseño, la búsqueda de soluciones, la imaginación, el descubrimiento, la utilidad, la combinación de recursos expresivos, la libertad o la expresión artística, entre otros. Es decir, se trata de un concepto que matiza el hecho creativo.
En términos generales, a través de la creatividad se forja un ejercicio de originalidad que nos abre las puertas a una comunicación creativa. En el caso de la radio, la creatividad ayuda a los radiofonistas en los siguientes aspectos:
• Les amplía su capacidad de expresión.
• Potencia su reflexión.
* Les permite resolver problemas.
• Modifica sus hábitos y rutinas profesionales.
• Les ayuda a concebir nuevas ideas y nuevos proyectos.
• Les motiva y hace posible ejercer su liderazgo.
• Les capacita para desarrollar estrategias de seducción y comunicación.
• Les facilita la promoción de la creatividad en el receptor

La herramienta para poner en práctica la creatividad radiofónica es el sonido. Más específico, el lenguaje sonoro. La radio goza de códigos o de recursos expresivos propios que revalorizan su función estética y, al mismo tiempo, enriquecen su función comunicativa. Códigos íntimamente ligados al lenguaje que desvelamos cuando analizamos por separado cada una de sus partes e interiorizamos qué aportan los elementos al mensaje. A eso, es lo que se denomina el lenguaje sonoro. “El sonido es la sensación en el órgano del oído producida por el movimiento vibratorio de los cuerpos, transmitido por un medio estático como el aire", según la definición del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Es indudable, que el sonido (en el más estricto sentido de la palabra) constituye un modo de transmitir sensaciones, historias, situaciones, etc. O dicho de otra manera, a través de los sonidos podemos ofrecer una serie de mensajes que le sirven al receptor para crearse determinadas imágenes concretas en su imaginación. Por tanto, se  puede decir que la interpretación del lenguaje sonoro es personal y subjetiva. El lenguaje de la radio está compuesto por cuatro recursos sonoros esenciales: la voz, la música, los efectos de sonido y los silencios (lo que comúnmente se denomina la ausencia de sonido con valor expresivo), así como las combinaciones que se pueden realizar entre ellos, que les conceden niveles de significación diferentes.


En opinión de la profesora Silvia Jiménez Martín, “el lenguaje radiofónico es el universo de posibles y  potenciales creaciones que se pueden realizar con los  elementos que posibilitan la expresión en el medio a través de esos elementos. La combinación de estos cuatro recursos genera una cantidad ingente y no cuantificable de resultados, de matices y de mensajes diferentes, de manera que el número de composiciones potenciales es ilimitado y las posibilidades infinitas, como sucede con el resto de materias creativas”.

El radialista tiene a la mano el instrumento adecuado para afectar al oyente ya que por medio del sonido somos capaces de transmitir sensaciones, conceptos o representaciones. Dicho de otra manera, a través de los sonidos codificamos una serie de signos con los que el oyente reproduce en su imaginación determinadas situaciones o imágenes. Este código comunicativo presenta diferentes niveles de percepción e interpretación, dependiendo de los mecanismos, racionales o emocionales, que intervienen en su proceso de descodificación. En este sentido ciertos sonidos, en especial la música, despiertan determinadas sensaciones anímicas en la audiencia.

A todo esto Trinidad Garcia Leiva afirma que “es un hecho contrastado que la interpretación del lenguaje sonoro se base en una serie de códigos convencionales que permiten al oyente identificar el sonido y asociarlo con un objeto, una imagen o una situación previamente registrada por el oyente”.
De igual manera, el sonido aparece asociado a situaciones o imágenes mentales de significado imprevisible para cada oyente. Es decir, el lenguaje sonoro está asociado a la memoria afectiva del oyente, de tal forma que un mismo sonido puede provocar diferentes sensaciones e imágenes mentales dependiendo de quién lo escucha y procesa.

INCLUSION: Radio que emite y recibe mensajes

A raíz del detrimento de nuestra sociedad en temas de inclusión social, la radio debería emerger como un sistema preponderante para el bien común, donde su misión se relacione directamente con el ejercicio de los derechos ciudadanos. Es así como este medio de extensión de la voz humana, propulsora de la historia oral, debe convertirse paulatinamente en  un gigantesco espacio de recomposición del tejido social, ya que es lugar y trinchera de representación de diferentes identidades culturales y de construcción de la democracia.
La radio, en su dimensión social y eminentemente comunicativa, es un medio de difusión masivo que llega al radio-escucha de forma personal, es el medio de mayor alcance, ya que llega a todas las clases y estratos sociales. También es un medio de comunicación que establece un contacto más personal y directo, porque ofrece al oyente cierto grado de participación en el acontecimiento o noticia que se está transmitiendo. Es por eso que debe tender lazos estrechos con las comunidades, hacer partícipe el mensaje y generar una afección que promueva un cambio de actitud o toma de conciencia, sin imposiciones.
La inclusión radial se determina desde las escuelas; aquí lo estudiantes tienen la oportunidad de englobar mensajes necesarios y transmitirlos coherentemente; de la misma manera los mensajes elaborados por radialistas expertos ayudan a la educación del educando, fomentando el desarrollo de capacidades sociales, de convivencia, familiares y morales. También se desarrolla la radio educativa cultural, que apuesta más a la producción que a los contenidos, lo cual no significa que no sean importantes y de fuentes probadas, sino que al no estar tan vinculados a programas curriculares pueden dar espacio a una mayor flexibilidad para los formatos de presentación y jugar más con el medio y el lenguaje sonoro. Según Mari Kaplún “ la educación radiofónica será entendida en un sentido amplio; no sólo las emisoras especializadas que imparten alfabetización y difusión de conocimientos elementales, sino también todas aquellas que procuran la transmisión de valores, la promoción humana, el desarrollo integral de hombre y de la comunidad; las que se proponen elevar el nivel de conciencia, estimular la reflexión y convertir en cada hombre en agente activo de la transformación de su medio natural, económico y social”. Asimismo la radio ciudadana es un espacio dedicado a promover la cultura democrática y la participación ciudadana, a través de una programación que privilegia el conocimiento, el análisis y la discusión de asuntos de interés público.

 La radio se debe presentar como aquel mecanismo que hace más explícita su intencionalidad de carácter político (según la visión aristotélica, no política partidaria); es decir un movimiento comunicacional en función de una organización social cuyo fin busca un cambio, en constante perfeccionamiento basado en las exigencias del medio y las necesidades de la población, una trasformación social determinada. El uso de la radio como instrumento de cambio cultural y político, aun siendo un fenómeno creciente, no es nuevo. En efecto, las primeras estaciones comunitarias participativas surgieron casi al mismo tiempo en Colombia y Estados Unidos hace más de 40 años. Desde entonces, un sinnúmero de proyectos de ese tipo ha intentado promover un cambio dirigido por la comunidad en varias formas.
Algunos de esos proyectos han  tratado de facilitar dicho cambio, impartiendo educación formal en aéreas de tales como alfabetización y matemática, o fomentando técnicas agrícolas acomodadas a una particular visión de desarrollo definida por el gobierno central. Este tipo de proyecto ha sido común en el Tercer Mundo, especialmente en Africa y Asia. “Radio Comunitaria” Mahaweli”, es un ejemplo de tal proyecto.
Otros proyectos han sido más políticos y han procurado respaldar las iniciativas organizativas y culturales de comunidades marginadas. Estos son los proyectos que tienden a involucrar a los oyentes en un proceso de participación. Radio soleil en Haití y Zoom Black Magic Liberation Radio en Estados unidos, son dos ejemplos de este tipo.




CONCLUSIONES:

Como comunicadores del siglo XXI, asegura Rafael Obregón, debemos ser capaces de enfrentar nuestra situación contemporánea de forma radical.

El reencontrarnos con la esencia fidedigna de la misión radial-comunicativa y el efecto de este en las audiencias, es una travesía que tenemos que tomar. Hacer de la emisión radial, un universo y tribuna de pensamientos, ideas y sueños que desemboquen en un accionar beneficioso para la calidad de pensamiento de la población. Además el tratamiento del mensaje se debe hilvanar desde la forma y fondo. El radialista comprometido con su audiencia evalúa las diferentes vertientes de la creatividad radiofónica con el objetivo de que la esencia de la radiodifusión llegue, a la mente del oyente, para quedarse.


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