lunes, 14 de noviembre de 2011

SEGUNDO PAPER: Profesion Periodistica ante los intereses de la estructura informativa, El veneno de las Verdades Parciales.

La independencia de los medios es un mito, existiendo grados de independencia, pero estando la libertad de acción de los reporteros y editores restringida ante presiones de los propietarios, compañeros, valores sociales y costumbres.

En la actualidad son numerosas las conferencias e investigaciones acerca de la credibilidad de los medios noticiosos, un aspecto ineludible de la sociedad moderna y cuya credibilidad se encuentra en entredicho. Los mismos profesionales del periodismo no cesan de escribir artículos y libros variopintos sobre la ética de la profesión, con lo que colaboran a informar abiertamente sobre el deprimente estado de su imagen pública.

Esta circunstancia puede relacionarse con una conciencia cada vez mayor del público del poder de los medios noticiosos en las vidas de las personas. En este mundo de finales del siglo XX, con sus nuevas tecnologías y misteriosa economía global la moral se encuentra suspendida de una cuerda bastante floja.

La iglesia, la familia y el matrimonio han perdido su arraigo en los corazones de la gente y las espantosas realidades de las que nos informan ineludiblemente la televisión, la radio o la prensa escrita lastiman y, cuando menos, incomodan la sensibilidad de las personas. En permanente conflicto con la obligación de retransmitir la verdad, la ética en los medios de comunicación debe también de ser abordada por los receptores de la información, pues nada obliga al ciudadano a mostrar férrea credibilidad, y mucho menos atención, a todo cuanto se le ofrece en los medios, habiendo todavía un mínimo de libertad en gustos y preocupaciones.

“De cualquier modo, y al igual que todo cuanto se sustenta en una gran industria, existen numerosas pruebas evidentes como para identificar las influencias de la organización del medio sobre los periodistas y así analizar la epistemología del periodismo en busca de factores que pudieran explicar los límites a su papel de cronista de la verdad útil y de la realidad misma” (1).

Incluso el periodismo con mayor consideración de objetividad tiene grandes influencias de los valores de la ocupación y de la sociedad, sin poder tachársele de parcial, subjetivo o tendencioso. El contexto social, económico y cultural es un factor ineludible a la hora de la selección de las noticias y su modo de interpretarlas y cualquier tipo de visión fuera de éste resulta completamente utópico. La misma profesión del periodismo, pragmática y materialista, no acoge con agrado la tarea de definir la ética de la profesión, algo que puede perderse fácilmente por derroteros abstractos. Con esto se pretende dejar claro desde un principio que la búsqueda de una ética para el periodismo no es tarea fácil y que la mayoría de los autores consultados, salvo en aquellos puntos relativos a un derecho “natural e intuitivo”, discrepan en su modo de enfocar el asunto. No obstante, existen una serie de autores y escritos que han ido desarrollándose desde mediados de siglo que sí son aceptados por la mayoría.

Muchos de ellos afirman que las noticias transmiten de manera regular, puntual y monótona listas de peligros, desastres, faltas y anulaciones que con frecuencia provocan dolor, desilusión y un frustrante sentimiento de impotencia individual. El dilema aparece cuando estos acontecimientos son los de mayor relevancia en la realidad de la sociedad y bajo qué criterios han de ser seleccionados los hechos clasificables como “noticias”.

¿Puede entonces hablarse de parcialidad cuando los medios revelan información que no concuerda con la imagen de la situación que ya se han formado los espectadores en su cerebro? ¿Quién es aquí mayor víctima de los prejuicios, mensajero o receptor?

“Dejando de lado estas cuestiones, debemos acordarnos también de una serie de acontecimientos en el mundo del periodismo que no han hecho sino acrecentar la desconfianza en los medios: Janet Cook, joven reportera del Washington Post, perdió su premio Pulitzer al reconocer que su escalofriante reportaje acerca de un niño de ocho años adicto a la heroína era inventado o cuando Christopher Jones del New York Times confesó haber escrito una de sus estremecedoras crónicas de la guerra de Camboya de vacaciones en su casa de España” (2)

Resulta, pues, difícil separar la buena noticia de la mala, y dentro de las buenas poder situarlas en un determinado contexto que nos ayude a aproximarnos a la verdad, si acaso existiera ésta.

Las noticias no constituyen un producto con definición objetiva, sino un fluido proceso humano que tiene como guía principal a las “convenciones”, útiles tanto para fines comerciales como para los de servicio público. De este modo los medios noticiosos sirven a la logística y a las necesidades económicas de la organización noticiosa, y no tiene como impulso principal los ideales de servicio público.

Estrictamente, resulta imposible realizar un reportaje objetivo dada la subjetividad que interviene en la recopilación de información; por ejemplo, los medios no actúan como guardianes permanentes de las acciones del gobierno, rara vez toman la iniciativa y lo común es que actúen como relatores pasivos del status quo, a los que los detentadores del poder con frecuencia manipulan.

Estos puntos son similares a los expuestos por Roshco para poner en guardia contra los efectos imprevistos de un periodismo que abogue a favor de causas, por nobles que sean: las fuentes de las noticias son, como hemos dicho, básicamente interesadas.Aunque el periodista tienda a vender la noticia como propia, como obtenida por él, ésta ha sido verdaderamente requerida por la fuente. Pero, ¿quién escoge la noticia que oímos y deja de lado a restantes? Este personaje oscuro e influyente es el llamado “gate-keeper”, término acuñado por el psicólogo Kurt Wein en 1947. Más que a una persona determinada, hace referencia tanto al propietario del medio como a los valores morales vigentes, la posibilidad de sanciones o las normas consuetudinaria. Llegamos a la conclusión de que las noticias no son sino un fiel reflejo de cuanto la sociedad exige, muy por encima de los deseos e intereses de un solo individuo. Incluso cuando se están dando opiniones enfrentadas éstas no hacen más que representar a colectivos opuestos, que exigen que un medio de comunicación les apoye. Bajo esta consideración no podemos hablar propiamente de una ética de la profesión, pues las noticias no son sino un fiel reflejo de la sociedad. La ética deberá, pues, trasladarse a la sociedad y no a su espejo.

Aquí se destaca el aspecto fundamental de la ética periodística: su responsabilidad social. Se resume el informeen estos cinco puntos(3):

- Suministrar una “relación completa y apegada a la verdad de los acontecimientos del día en un contexto que les dé significado”.

- Servir como “forro para el intercambio de comentarios y críticas”:

- Ofrecer una “imagen representativa de los grupos que constituyen a la sociedad”.

- Presentar y aclarar las “metas y los valores de la sociedad”

- Suministrar “acceso completo a la inteligencia del día”

En el mundo audiovisual en el que nos encontramos no podemos únicamente limitarnos a aspectos que pueden atribuirse principalmente al contenido de las noticias, pues su carácter sensorial hoy resulta igualmente importante. Así, podemos encontrar también una ética para las imágenes, debiéndose seguir estas cuatro convenciones (4):

- Aprender a ver, seleccionar y valorar la ética, estética y gráficamente la realidad.

- Representar la realidad de forma tal, que no requiera texto explicativo -o, en su caso- el menor número de palabras posibles.

- Hacer posible que el público vea la imagen y la relacione con lo que ven en la realidad, aprendiendo así a ver lo que nos muestra la imagen.

- Entender y comprender el propio lenguaje visual, que tiene unas claves y expresiones plásticas diferentes según se trate de televisión, fotografía de exteriores, retratos, etc.

A pesar de estos bellos y académicos intentos por fijar una serie de valores para el profesional del periodismo, se sigue considerando que éste actúa según lo que la sociedad le exige; independientemente de esto está la habilidad del periodista con las palabras, lo que le valdría el nominativo de “buen” o “mal” periodista, pero, ineludiblemente dará a sus lectores lo que éstos le exijan.


(1) Fernández Areal, Manuel, Información y mentira, Diputación de Pontevedra, 1997

(2) Lambeth, Un código de ética para la profesión, LIMUSA/Noriega Editores, 1ª Edición, México, 1992

(3) Robert M. Hutchins en la Comission on Freedom of the Press

(4) Según la periodista Maria Ángeles San Martín Pascual


Periodista Jose Antonio Vasquez, conduce el Noticiero Regional Exitosa Noticias, de Radio Exitosa: Etica periodistica y Grupos de poder

Periodista Carlos Oliden Carrasco, Reportero en Radio Uss y Canal 45 Satelital:






Paginas Enlazadas:

http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/09/15/noam-chomsky-y-las-10-estrategias-de-manipulacion-mediatica/

http://videos.pucp.edu.pe/videos/ver/af77645236b6d7b3c5b9b656c10dca84




PRIMER PAPER: Géneros Radiofónicos, La rueda de la Gestión de Audiencias, La Luna.

El universo radiofónico ofrece en su amalgama de expresiones, un conglomerado constante y abundante de sentimientos, pensamientos y reflexiones, “la radio habla a la imaginación, a la emoción, y no sólo a la racionalidad. Un radioteatro o radiodrama con una historia, con una situación, con música, con sonidos, moviliza la participación de los oyentes mucho más que una monótona charla expositiva” (1). Esta responsabilidad sonora-emotiva se transmite de manera sistematizada, clara, jerarquizada y amena.
Es así como surge la discusión sobre su estructura; los géneros radiofónicos brindan el equilibrio armónico para los elementos del lenguaje de radio, determinando, al utilizarlos, la creación radiofónica. El lenguaje radiofónico por lo tanto debería enmarcarse como un “Conjunto de formas sonoras y no-sonoras representadas por los sistemas expresivos de la palabra, la música, los efectos sonoros y el silencio, cuya significación viene determinada por el conjunto de los recursos técnico-expresivos de la reproducción sonora y el conjunto de los factores que caracterizan el proceso de percepción sonora e imaginativo-visual de los radioyentes” (2)
Es por ello que la radio en general, con excepción de la educativa, comunitaria, universitaria y cultural, ha sido casi siempre concebida como un medio de información periodística; un puente simbólico de acercamiento y comunión entre personas alejadas; un vehículo para la compraventa de mercancías; un altavoz de noticias, de novedades musicales y publicitarias en sus programaciones. De ahí que quienes trabajan y viven de la radiodifusión, e incluso los teóricos de la comunicación, poco se han preocupado en su práctica profesional por conocer y explorar la dimensión artística y los recursos expresivos del lenguaje radiofónico
Además, debido al incremento abrupto de la producción radial, de forma empírica, improvisada y con cierto fundamento técnico; se ha relegado la importancia que ejercen los géneros radiofónicos en la producción radial. Los programas se estructuran, muchas veces, sin un horizonte de forma y fondo; las audiencias son tomadas universalmente, como si todas tuvieran las mismas características y necesidades, no se segmenta ni analiza el grupo con el que el medio radiofónico piensa trabajar sus espacios y géneros radiofónicos en su estructura. A todo esto Emili Prado, afirma que ha surgido una ruptura entre la teoría y la práctica profesional de estos géneros radiofónicos, a pesar de postular que estos tienen naturaleza flexible y cambiante. Enuncia por ejemplo, “La crónica ha desaparecido como género informativo, aunque en la radio se siga llamando crónica a la información de los corresponsales y al comentario realizado desde el lugar de los hechos” (3)
Se habla mucho de que los géneros radiofónicos deben alimentarse de la características de la audiencia para su elaboración ya que la forma en que una emisora es programada es la razón más importante por la que los oyentes sintonizan una estación o no lo hacen.
Para definir un determinado público no solo se deben tomar en cuenta los aspectos demográficos, de género o edad, como antiguamente se solía hacer; también es factible considerar el entorno, los usos del medio y los momentos del día en que se escucha la radio. “Cualquier formato exitoso satisface alguna necesidad o deseo de sus oyentes. Cuando mejor pueda el programador satisfacer ese deseo de la audiencia, mayor éxito tendrá la emisora al atraer al público” (4)
La formación de la audiencia, a partir de la elaboración de los géneros radiofónicos, es indispensable cuando lo que se requiere es, muchas veces, desarrollar una imagen de la emisora.
Aquí entra a tallar, con mucha fuerza, el periodismo participativo o de correspondencia. Algunos estudiosos lo denominan feedback, al considerar el quehacer radiofónico como un espacio de intercambio y retroalimentación de ideas o posturas sobre algún tema de interés común. El periodismo participativo comparte el interés por la conversación entre agentes pero supera la figura tradicional del periodista enfatizando la fase del proceso que afecta a la publicación por encima de la fase del proceso periodístico de la selección (propia de la figura del periodista)
Así es como resultan especialmente valiosas las experiencias periodísticas que no se conforman con producir material informativo al margen o contra los discursos dominantes, sino que apuestan por fórmulas de integración que aspiran a incorporar en los medios convencionales las aportaciones de la ciudadanía y los movimientos sociales a través de los nuevos recursos tecnológicos. Son medios que reconocen y aplican la siguiente máxima de uno de los máximos defensores del periodismo participativo desde el ámbito profesional: "Mis lectores, colectivamente, saben más que yo” (5)
En la misma línea Shayne Bowman y Chris Willis presentan en su informe “We Media” las valiosas ventajas de incorporar a los ciudadanos en la producción periodística:
La posibilidad para los lectores de que hagan comentarios.
La función de un filtro de noticias para noticias encontradas en la web a través de enlaces
El control de exactitud en la información publicada.
El enriquecimiento de fuentes e ideas para periodistas gracias a las sugerencias e historias presentadas por los lectores.
La posibilidad para que los periodistas le pidan sugerencias y correcciones al público.
De esta manera se esboza un concepto, que para estudiosos como Tumber, es considerado el antecedente del periodismo participativo, El periodismo Cívico. “El periodismo participativo, a diferencia del periodismo cívico, no tiene como ámbito de acción los propios medios, sino que sitúa su actividad en paralelo a los medios y a sus estructuras de poder. En este punto, aunque implica también un trabajo sobre la conversación entre quienes forman el público, se aparta del enfoque de este trabajo, que pretende avanzar en los cometidos de los medios, con la gestión de las personas que forman parte de los medios para la mejora de los productos periodísticos” (6).
Las incesantes fusiones y absorciones que han ido formando las poderosas y modernas industrias culturales han alimentado la creciente convergencia tecnológica que caracteriza a los enormes conglomerados mediáticos que hoy dominan el mercado cultural, marcado por los efectos de esta tendencia de integración tecnológica, multidimensional, transnacional, intersectorial y totalizante en la labor informativa.
(1) Mario Kaplún, Una pedagogía de la comunicación. Ed. De la Torre. Madrid
(2) Armand Balsebre, catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad Autónoma de Barcelona, aporta esta definición en el libro que, precisamente, lleva por título El lenguaje radiofónico.
(3) Prado, Emili, Estructura de la información radiofónica, ATE, Barcelona., 1981.
(4) Schulberg y Schulberg, 1996, pag 52.
(5) Dan Gillmor, padre del periodismo cívico y ciudadano.
(6) BOWMAN, 2003

lunes, 12 de septiembre de 2011

jueves, 19 de mayo de 2011

Ensayo: "Radio para todos: Activando las Audiencias"

Ante la, casi siempre, insorteable omnipotencia que nos demanda los media; nuestra formación sociocultural, política e ideológica, cognitiva y emocional cumplen un rol fundamental como factor preponderante para la asertiva decodificación de la intertextualidad y los significados que recibimos indiscriminadamente todos los días. Apostemos por la premisa que engloba que el receptor debe convertirse en un elemento activo (audiencia) para que se consolide una relación directamente proporcional, donde los medios, tras evaluar a las audiencias, desarrollen programaciones viables, con miras a una sociedad cohesionada y culta, las que a su vez estén parametradas por el nivel cognitivo, social-político y cultural de la población. Desde niños fortalezcámonos como oyentes críticos y analíticos con identidad y no como consumidores meramente emocionales.

viernes, 29 de abril de 2011

IMAGINAR UN MUNDO SOCIALMENTE COMUNICATIVO: LA RADIO



IMAGINAR UN MUNDO SOCIALMENTE COMUNICATIVO: LA RADIO

Cuando el pueblo se apropie del medio,
le impondrá sus mensajes, su lenguaje, le marcará sus gustos, se escuchará en él,
se sentirá en él, vivirá en él, sentirá que la radio
está caminando a su lado.


Los medios de comunicación en manos de la sociedad civil tienen finalidad de ser voceros de los distintos grupos sociales que difícilmente cuentan con espacios en los medios concesionados, sea radio, televisión, prensa, revista o cualquier otro. Ello nos haría generar esperanzas en que es posible otra radio, otra televisión, otra prensa, otros medios a través de los cuales se pudieran escuchar todas aquellas voces que carecen de canales para expresarse.

La radio constituye irremediablemente una confluencia exquisita de elementos potencialmente imaginativos a través de nuestro “tercer ojo”. Los primeros teóricos del hörspiel hablan de “oídos interiores “cuando querían explicar la capacidad imaginativa del nuevo medio. Y este “oído interior“, cuya existencia permanece como una hipótesis antropológica, se convirtió realmente en un paradigma de la estética radiofónica clásica” 1.

Así la comunicación, a través de la radio y demás medios comunicativos, se convierte en un importante elemento en la matriz de las influencias que suscitan la innovación y la modernización de una sociedad. En una sociedad abierta, plural y democrática, la comunicación es un instrumento muy valioso para lograr que la población participe en la discusión de las cuestiones importantes que atañen a la sociedad entera, como son las cuestiones culturales, sociales, educativas y hasta políticas; así como la impartición de la justicia, la distribución de las riquezas nacionales, la atención a los marginados, el respeto a la libertad de expresión, etc.

Podemos afirmar, entonces, ¿La comunicación se manifiesta de forma integral, formativa y plural?, ¿La radio establece espacios libres de empoderamiento colectivo?

Los altos niveles de analfabetismo en América Latina, que en algunos casos oscilan alrededor del 40%, me llevan a constatar una dura realidad: los ciudadanos leen poco pero escuchan mucho. Esta cultura ágrafa y auditiva ha propiciado el desarrollo de distintos modelos de radio para acercarse a la gente. Desde aquellos de enseñanza a distancia hasta los que plantean el debate telefónico como método o fórmula de enlace con la audiencia. Curiosamente, se ha constatado también que la radio no ha llenado ese nicho de oportunidades y demandas con un debate de calidad que permita acercar puntos de vista y contrastar opiniones de forma rigurosa y seria, muchas veces, llevada por intereses comerciales y meros deseos de polemizar. La radio nos ha privado de convertirla en sustituto de la plaza pública donde anteriormente se debatían o contrastaban las opiniones ciudadanas. “Unir los espacios auditivos- por medio de la técnica- con los espacios naturales y zonas civilizadas es una de las grandes oportunidades potenciales de la radio como instalación sonora” 2.

“A partir de la década de los 50 las ondas de frecuencia larga (AM) fueron sustituidas por las de frecuencia modulada ultracorta (FM) ya que son mejores porque tienen menos interferencias”3. Desde ese entonces se ha venido volcando una amalgama vasta de emisiones y formatos radiales comerciales y contados comunitarios o de espacio social. El consumo radial a través de la publicidad radial se ha convertido en una falencia desintegrante y lucrativa que acaba con la esencia de la radio como elemento dinamizador, eminentemente social-comunicativo y empoderador de la sociedad. A su par, el fenómeno de la recepción radial implica “…la inserción en los espacio de interacción de los que el oyente participa cotidianamente como la familia, las “patotas”, el centro laboral, los vecinos del barrio, la escuela, etc. A su vez, la audición en dichos espacios tienen un conjunto de condiciones generadas desde dentro y otras incorporadas de fuera”4. Por consiguiente no debemos enfocar a la recepción radial como un proceso básico o quizás enfrascarlo como un accionar puramente fisiológico ya que “no es únicamente un acto perceptivo de estímulos, va mucho más allá, también es un momento de elección, selección, fragmentación y combinación de propuestas culturales”5. Justamente estas propuestas culturales, propias de una radio empoderadora y altamente dinámica son las que van aportar en la resolución de los graves desajustes que suponen los cambios en la generación de la riqueza y que requieren de la radio un análisis sereno, una información justa y ,sobre todo, una radio pro positiva. Un medio que repitiendo ideas nos convenzan de las ventajas de una globalización que no sólo implique miedos y desequilibrios, sino certezas y confianzas. Supone repensar la radio a partir de sus claras ventajas, pero con nuevas fórmulas que nos permitan hacer de ella un medio que se proyecte al siguiente milenio con un claro compromiso en entender primero la tecnología, hacer comprender al ciudadano y su tiempo y por sobre todo, fortalecer una democracia a la que poco se le sirve con evasión, polémica estéril y falta de imaginación.


Una de las manifestaciones que la radio a alcanzado con alto índice de progreso pedagógico, psicológicos y social, es la radio educativa. Si bien es cierto que estamos saturados de emisoras comerciales y propagandísticas, de entretenimiento y difusión de noticias, es bueno tratar de identificar una radio educativa, desde aquellas que convergen en instituciones educativas hasta las que se suscitan en amplitud y frecuencia modulada. Para saber diferenciar los programas de radio con carácter educativo, debe considerarse que todos los programas radiofónicos tienen la posibilidad de enseñar, más no de educar, por ello hay que comprender las diferencias existentes entre programas “educativos” e “instructivos”, los últimos aquí se denominaran no formales o no educativos, éstos no son considerados educativos ya que no existe una institución social que valide sus contenidos y que certifique los conocimientos obtenidos por el alumno. La radio educativa es aquella cuyos programas siguen un plan de estudios previamente determinado y validado por una institución del sistema social. En un programa de Radio Educativa el radioescucha se convierte en un alumno que se inscribe a un curso, donde será evaluado para obtener un certificado de estudios, no obstante no se encuentra inscrito en una institución educativa. Es así como entendemos que “ la radio deberías ser no sólo un medio de comunicación, sino un espacio donde se construyeran las identidades culturales a partir de planteamientos críticos: un medio en el que la participación de la sociedad desempeña el papel esencial”6. Así, para que un acto comunicativo lleve el adjetivo de educativo, debe mantener una relación directa con el sistema social y las instituciones encargadas de validar la educación: la expresión que deviene de un currículo aprobado por la institución correspondiente adquiere el estatus de comunicación educativa. Es menester entender cabalmente que “ No se trata de competir con otros medio de comunicación, ni siquiera con otras radios, sino de dominar los mecanismos de esa peculiar forma de comunicación social, de reforzar los conocimientos para la vida que han de adquirir los educandos, de continuar aprendiendo por parte de todos….”7.

La radio es utilizada actualmente como un instrumento de poder. Con ella se trata de ingresar en la mentalidad de la gente, ya que, si tuviéramos que formar juicios sobre cualquier problema se debería averiguar muchas cosas, acontecimientos o verdades ocultas que se dan por sentadas. Para existen factores contaminantes de información “son las y los periodistas quienes creyéndose comunicadores absolutos y hasta expertos en comunicación (a partir de un falso reconocimiento como tal por parte de la sociedad) hacen andar un proceso de desarrollo plagado de limitaciones, frustraciones y, por lo menos, inexactitudes”8.


En la mayoría de los casos, el oyente de radio es desprevenido, más que escuchar la radio, la oye. Pero quien logra que otros le escuchen, es la persona que sabe manejar el lenguaje radial, que saca al oyente de esta "rutina auditiva" y le despierta el interés por el mensaje sonoro.

Los medios de comunicación tienen una característica que son empresariales, y en muchas ocasiones los medios están al servicio de los dueños de los medios, pero esa no debe ser la característica, un medio siempre debe estar comprometido con una sociedad y es un principio ético que nunca hay que descuidarlo y eso es lo más grave, la relación con el medio de comunicación y el propietario del medio, cuando hay una relación de completa independencia y el trabajo del medio está orientado exclusivamente a la colectividad a la cual está llegando y educando, el medio cumple un papel histórico. “ Si entendemos el desarrollo ciudadano como proceso que se inicia en los encuentros y las capacidades de promover igualdades en un contexto democrático práctico es probable que nuestras visiones sean más optimistas, es posible que seamos los llamados y llamemos a nuestros pares para participar en una construcción colectiva”9.

Por ende, por la rapidez con la que se define, la economía, los procesos culturales y educativos que alberga y el alcance de su invención, la radio, es un valioso elemento de información, empoderamiento y comunicación. Debemos redescubrirnos en la radio, y a través de ella entender la nueva dimensión de la plaza pública, el nuevo compromiso del ciudadano, las nuevas oportunidades. Ese es el punto de partida y de llegada de un medio que nació con el siglo pasado y que requiere hoy más que nunca del ingenio para fortalecerlo y enriquecerlo.

1. Hans Burkhard Schlichting,” Orígenes de un espacio auditivo familiar.
La radio como una instalación sonora cotidiana”

2. Hans Burkhard Schlichting,” Orígenes de un espacio auditivo familiar.
La radio como una instalación sonora cotidiana”

3. Hans Burkhard Schlichting,” Orígenes de un espacio auditivo familiar.
La radio como una instalación sonora cotidiana”

4. Sandro Macassi Lavander, “Diálogos de la comunicación: Recepción y Consumo radial. Una perspectiva desde los sujetos”.

5. Sandro Macassi Lavander, “Diálogos de la comunicación: Recepción y Consumo radial. Una perspectiva desde los sujetos”.

6. Arturo Merayo Pérez, “Identidad, sentido y uso de la radio educativa”.

7. Arturo Merayo Pérez, “Identidad, sentido y uso de la radio educativa”

8. Jerry O. Jara Llanos, “ Cuando la ciudadanía se hace construcción o la construcción se hace ciudadanía”

9. Jerry O. Jara Llanos, “ Cuando la ciudadanía se hace construcción o la construcción se hace ciudadanía”

martes, 29 de marzo de 2011

Tercer Comentario: Las Otras Radios

Si bien es sabido que al radio ha ocupado en los últimos años un papel preponderante en la vida de las personas del modo en que el individuo lo haya hecho parte de su ciclo vital, su utilidad se ha tergiversado de manera abrupta considerándola solo como un medio de diversión, ocio y en los mejores de los casos como un canal informativo. El tema de participación ciudadana, realizando propuestas generativas y sostenibles para los diversos problemas de la sociedad, han quedado relegados. Los insumos, por así decirlo, para la obtención y equipamiento de cualquier estación de radios se abaratado rotundamente, haciendo de la radio un medio lucrativo plausible.

El rasgo más característico de la radio comunitaria consiste en comprometerse con la participación comunitaria a todos los niveles. Mientras los oyentes de la radio comercial pueden participar de la programación de modo limitado, a través de tribunas libres por la línea telefónica o pidiendo su canción favorita, los oyentes de la radio comunitaria zona la vez productores, gerentes, directores, evaluadores t aun los dueños de las estaciones. Las estaciones comunitarias y alternativas cumplen un papel esencial para los excluidos de los medios de comunicación comerciales y los medios a gran escala del estado. Las mujeres, los pueblos indígenas, las minorías étnicas y lingüísticas, la juventud, la izquierda política, los campesinos, los movimientos de liberación nacional y otros están descubriendo el potencial de la radio como medio de desarrollo e intervención política y cultural. Están transformando al radio en un medio que atisfaga sus necesidades, un medio que les permite expresarse y también escuchar. Este modelo de radio no está lleno de música comercial e idiotizante, mucho menos de noticieros superficiales o contenido cultural aprobado por el gobierno. No es tan importante que su programación sea refinada o apta para el consumismo. El papel de la radio radica en atender las prioridades establecida por la comunidad, de forma que puedan facilitar su discusión, fortalecerlas y desafiarlas. Es difícil barajar todos los intereses de una comunidad y la radio comunitaria no siempre acierta a hacerlo. Sin embargo, cuando lo consiguen, sus emisiones, tienen una fuerza pasional rara vez alcanzada por los medio estatales de gran escala y los comerciales. Esa pasión se deriva del ansia de involucrar a sus oyentes facilitando y alentando su participación no solo en la radio, sino en los procesos culturales y políticos que afectan a la comunidad. Una muestra de esto lo ejemplifican con acciones las radio nativas que se han ido desarrollando en nuestro país, como Radio cutivalú, de Piura, que ya tiene 25 años construyendo un desarrollo rural

y regional para varones y mujeres con equidad de género, participó del segundo Encuentro Binacional realizado en su misma localidad para unir esfuerzos y así frenar la actividad minera. También acordaron elevar su voz de lucha para que no se criminalice la protesta social y no se persiga a los dirigentes que luchan en contra de la contaminación ambiental.


Segundo Comentario: Radio Educativa


En una sociedad influenciada por los medios de comunicación audiovisual y sustentada en la educación formal por la enseñanza del lenguaje escrito y audiovisual, se hace imprescindible recuperar la formación educativa en

las estructuras orales. La cultura auditiva ha sido la gran olvidada aún cuando es imprescindible en el desarrollo del lenguaje, como principal instrumento de acceso al conocimiento y relación con el exterior. En este sentido, la radio, como medio estrictamente sonoro y fuente de estimulación de la imaginación, que posibilita la capacitación en la escucha y el aprendizaje del lenguaje oral, se presenta como la fuente propicia para cumplir con estos objetivos formativos

Son muchas las ocasiones en que escuchamos referencias a que los niños de nuestro tiempo son hijos de la tan nombrada cultura audiovisual. Una nueva forma de acceso al conocimiento que implica que la mayor parte de la in

formación recibida durante nuestra vida diaria procede de fuentes con carácter audiovisual, es decir, deriva de la influencia directa de unos medios de comunicación que priman fundamentalmente el sentido de la vista. Lo visual se convierte así en la fuente sensorial básica desde la que percibimos y asimilamos los estímulos que nos relacionan con la sociedad. El niño de hoy ha nacido con la imagen; por ello entiende y domina a la perfección el lenguaje que emplean estos medios audiovisuales.

En pocos años, la aparición del cine y la televisión y la generalización de nuevas tecnologías como internet o los medios electrónicos han consolidado una cultura multimedia audiovisual que ha supuesto una transformación de los mecanismos de acceso al conocimiento, de las experiencias perceptivas y de los propios hábitos de conducta de los individuos. Esta transformación es evidente en nuestros días, puesto que la generación anterior a la de estos niños se ha educado en una cultura muy distinta. Por eso, muchas veces el padre no logra entender el papel preponderante de la televisión, el cine, internet o los videojuegos en la actividad diaria de su hijo. Las generaciones anteriores no son herederas de la imagen, sino de la letra impresa, una cultura con una larga tradición anclada fuertemente en la formación educativa. Han sido muchos años de educación volcada en las habilidades del lenguaje verbal y del conocimiento adquirido a través de la letra impresa, incluso en las generaciones actuales. Esa es la razón por la cual la preocupación pronto se hizo evidente en la escuela, y los educadores comenzaron a reclamar la incorporación de los medios audiovisuales a la enseñanza. Masterman, en su libro La enseñanza de los medios de comunicación”, desarrolla una metodología para aprender y enseñar los medios de comunicación, realiza un análisis de factores determinantes de los medios y una propuesta de futuro sobre la introducción de la enseñanza audiovisual en el currículo escolar

Con diferentes resultados, esta incorporación audiovisual se ha ido materializando en la formación educativa, porque se ha creado la consciencia de que el niño y el joven actual manejan un lenguaje totalmente diferente. Por lo tanto, en este momento, nos encontramos con padres que dominan el lenguaje escrito y con hijos que entablan su relación con el mundo a través del lenguaje audiovisual. Uno y otro resultan imprescindibles para alcanzar una capacitación plena de habilidades que permitan el desarrollo íntegro del individuo y faciliten su desenvolvimiento en la sociedad actual. Sin embargo, en este camino nos hemos olvidado de un aspecto importante. Entre lo escrito y lo audiovisual se encuentra lo auditivo. El aprendizaje de la comunicación oral es fundamental en la formación educativa, porque proporciona toda una serie de facultades que no desarrolla ni el lenguaje escrito ni el audiovisual:

Desde una perspectiva evolutiva de la conducta vocal, la percepción auditiva y el control del gesto vocal aparecen estrechamente relacionados en el hombre, y constituyen capacidades innatas que, al igual que otras actividades de la mente humana, son susceptibles de ser educadas y desarrolladas de un modo hábil y conveniente.

En este sentido, no debemos olvidar que la cultura, además de por vía escrita y audiovisual, continúa recibiéndose también por vía oral, auditiva. Es el lenguaje oral, siempre lo ha sido, nuestra forma principal de acceso al conocimiento. No sólo lo audiovisual es auditivo, sino que nuestras relaciones sociales en el día a día se producen fundamentalmente a través de la palabra hablada.

A pesar de ello, la educación en la escuela retrae la expresión oral. Convertimos así a los niños en analfabetos auditivos, en inadaptados expresivos, en deficientes orales. Se otorga la relevancia a lo visual y se relega la principal forma de expresión del ser humano: la oral y, con ello, la educación del oído:

En las aulas, se han dedicado muchas horas a la memorización, al trabajo escrito, a los exámenes de conocimiento, a los apuntes, a las pruebas, etc.; pero muy poco tiempo a enseñar a hablar, a expresarse en público, a discutir dialogando, a debatir sosegada y constructivamente, sin acritud, a emplear el lenguaje verbal como instrumento esencial y prioritario de la comunicación humana y formar valores, en los más variados contextos y momentos: desde la charla en público al debate, desde el monólogo interior hasta la intervención en un medio de comunicación.

En una sociedad en la que el lenguaje es la principal vía de comunicación, nunca lograremos una competencia comunicativa plena, que garantice la completa integración del individuo en el entorno, si olvidamos la educación auditiva y, con ello, la formación en el sistema expresivo oral.

Primer Comentario: La personalidad de la Radio


El hombre constituye un universo paralelo al nuestro, su análisis investigativo e introspectivo sobre los fenómenos, particularidades genéticas, fisiológicas, sicológicas y sociales se extienden de manera infinita, cimentando de esta manera las bases que soportan nuestra especie. Es hasta cierto punto paradójico tratar de descubrir el mundo en el que estamos inmersos y lo que éste tiene para ofrecernos, de sobremanera, y no generar la suspicacia del porqué de los múltiples procesos que tienen lugar desde nuestro organismo y para nuestro organismo. Si pudiera expresar su pensamiento, entenderíamos que nadie mejor que un bebé para explicarnos la dependencia del sentido del oído. En las primeras etapas de nuestra vida, el sentido auditivo resulta primordial, porque constituye la principal vía de enlace con el mundo, incluso cuando nos encontramos en el vientre materno. Los bebés reconocen claramente la voz de la madre y responden a ese estímulo desde sus primeros días de vida. El mundo del bebé es el reino del sonido, todo gira en torno a los referentes sonoros que estimulan la audición. En definitiva, cuando el sentido de la vista aún se está desarrollando, el puente de unión del niño con la sociedad es el sonido. Es más, cuando el sentido visual comienza su evolución y adquiere un papel predominante, el oído continúa desempeñando una función esencial ahora en la aparición y desarrollo del lenguaje, como principal vía de acceso al conocimiento y comunicación con el exterior.

La membrana que separa nuestro espacio interno con el conglomerado de experiencias de nuestro espacio social, es sumamente delgada. El entorno que nos envuelve es vasto en materia de aprendizaje y de sensaciones, estos a su vez confabulan con los diversos mecanismos de nuestro cuerpo para entonar las más sublimes notas musicales, hacer sentir las más intensas emociones y hasta pensar, proponer, y ser partícipe de los más aventureros hechos generativos para la sociedad. Es justamente en esta área vivencial que convergen un sinnúmero de elementos que potencializan el factor sensibilizador del ser humano y social, la radio a través del sonido, por ejemplificar.

Cuando nos referimos a personalidad asociamos y atribuimos su acepción hacia un espacio intensamente humano, ya que ésta engloba un patrón de sentimientos y pensamientos ligados estrechamente al comportamiento, que persisten a lo largo del tiempo y que evidencian la particularidad o singularidad de cada individuo, está claro que al no ser un ser vivo, la radio, se personaliza a través del sonido y sus increíbles manifestaciones y efectos sobre los seres humanos. El sonido es tan poderoso que entra en contacto con las fibras más profundas, delicadas y sensibles de nuestro organismo, estremece nuestro aparato consiente y estimula el inconsciente haciendo que este pueda relacionar cada sonido con una experiencia pasada y evocarlas a modo de imágenes mentales, haciendo más intenso y extraordinario el recuerdo. Existe en estados unidos un hombre, invidente, que utiliza la ecolocación como formato de vida. Él puede generar imágenes mentales reales de los objetos que están a su alrededor, evidenciando su posición, tamaño y distancia a través de los chasquidos que realiza con su lengua y que generan ondas sonoras que rebotan sobre las superficies rígidas generando información gráfica mental, en el reino animal el único ser que puede realizar este asombroso procedimiento es el murciélago, su nombre es Juan Ruiz y es increíble cómo ha podido generar toda una experiencia de vida a través del sonido, y es que los seres humanos somos capaces de transformar y adaptar nuestro medio interno y social para la satisfacción o resolución de necesidades. Es así como se demuestra que el sonido cumple un papel preponderante en el transcurrir incesante y sublime de nuestra vida.

Cuando encendemos la radio lo hacemos con diversos objetivos, algunos porque necesitan relajarse y apartarse por un momento de todos sus problemas, otros porque sienten la necesidad de divertirse escuchando algo ameno, o quizás para informarse de algún hecho de coyuntura social, y es que, necesitamos transportarnos a una dimensión totalmente diferente a la nuestra, donde seamos capaces de imaginar lo que nos venga en gana, graficar y sentir el sonido que como información aparece en nuestra mente, de forma libre, sin ataduras, máscaras, ni medias tintas. El oyente requiere de esta dimensión un sublime relato, una voz arrulladora para nuestros sentidos, unas palabras que armonicen nuestra ánima, que hagan hincapié en el cómo se dice seguido de lo que se dice, un conjunto de elementos capaces de excitar nuestro tercer ojo. Un buen radialista y por ende una buena emisión radial no es aquella que se encajona en lo rebuscado de las palabras, que discursee en lugar de encandilar, ésta debe ser un medio por el cual se seduzca al oyente, que éste se vea atraído mágicamente tanto por la sensibilización al que está expuesto como para la estimulación de sus ideas, propositivas y criticas. Enrolémonos en la dulce travesía de ver a través del oído.